Turmalina
La turmalina es una de las gemas más fascinantes y versátiles en el mundo de la gemología. Su amplia gama de colores, junto con su compleja estructura química y su historia de uso tanto ornamental como terapéutico, la convierte en una piedra preciosa única. A lo largo de los siglos, ha cautivado a joyeros, coleccionistas y científicos por su belleza y sus propiedades.
La turmalina es un silicato complejo de boro que pertenece al grupo de los borosilicatos.
Su fórmula química general es Na,Ca)(Al,Fe,Li)(Al,Mg,Mn)6(BO3)3(Si6O18).(OH,F)4.
La variabilidad de su fórmula química es responsable de la amplia gama de colores que presenta, como el hierro, magnesio, litio, aluminio y boro.
La formación de la turmalina es un proceso geológico fascinante que involucra una serie de condiciones específicas de temperatura, presión y composición química. A medida que el magma se enfría y se cristaliza, el boro y otros elementos químicos se incorporan en la estructura cristalina, dando lugar a una variedad de colores y propiedades únicas. La turmalina puede formarse tanto en pegmatitas como en rocas metamórficas.
El nombre “turmalina” proviene de la palabra “turmali”, que en el idioma cingalés significa “piedra de colores mezclados”, debido a su gran diversidad cromática.
El verdadero redescubrimiento de la turmalina en Europa ocurrió en el siglo XVIII cuando los comerciantes comenzaron a importar piedras preciosas de Asia, especialmente de Sri Lanka. La turmalina fue una de las piedras más destacadas en este intercambio, debido a su amplia variedad de colores y su popularidad entre la nobleza europea.
El explorador y mineralogista suizo Jean-Jacques d’Ortous de Mairan fue uno de los primeros en documentar la turmalina en 1740, señalando sus propiedades eléctricas. En ese entonces, se descubrió que la turmalina podía ser magnetizada con calor, lo que la hacía capaz de atraer pequeños objetos como cenizas y polvo. Este fenómeno, conocido como piezoelectricidad, llamó la atención de los científicos de la época.
La turmalina exhibe una amplia gama de colores y variedades, lo que la convierte en una piedra preciosa con abundante diversidad. Estos son algunos de los tipos y variedades notables de turmalina:
- Rubellita: La rubelita es una variedad de turmalina que presenta un color que va desde el rosa suave hasta el rojo intenso, dependiendo de la concentración de litio y manganeso en su composición.
Es una de las variedades de turmalina valorada y buscada por sus intensos y ricos matices. - Verdelita: Turmalina verde es otra de las variedades más conocidas y apreciadas. Su color verde se debe principalmente a la presencia de hierro en su estructura. La intensidad del color verde puede variar desde tonos más claros, como el verde oliva, hasta verdes más profundos
- Dravita: turmalina marrón, el hierro y Sodio es el principal responsable de su color marrón
- Indicolita: es la variedad azul de la turmalina. Puede variar desde azul claro hasta tonos azul verdosos profundos.
- Turmalina de sandía: se refiere a los cristales de turmalina que exhiben una zonificación de color distinta que se asemeja a una rodaja de sandía. Por lo general, los cristales muestran un núcleo rosa o rojo rodeado por una capa exterior verde. Esta variedad es muy apreciada por su apariencia única y llamativa.
- Paraíba: es una variedad conocida por sus intensos colores de azul neón a azul verdoso. Ganó prominencia en la década de 1980 cuando se descubrieron depósitos en el estado brasileño de Paraíba. Las turmalinas de Paraíba son muy valoradas y codiciadas por sus tonos vivos.
- Turmalina incolora: también conocida como acroita, es una variedad muy rara de esta piedra preciosa, y su color se debe a la ausencia de impurezas que causen la variabilidad de colores.
- Turmalina de cromo: La turmalina cromada es famosa por sus vibrantes colores verdes. Debe su tonalidad verde a la presencia de cromo dentro de la estructura cristalina. Los especímenes más finos exhiben un rico verde esmeralda.
- Turmalina negra: Schorlo es la variedad de turmalina más común y abundante. Tiene un color negro profundo debido a su contenido de hierro y aluminio.
En litoterapia, la turmalina es una de las piedras más valoradas por su capacidad para equilibrar, proteger y sanar en todos los niveles. Desde la protección energética de la turmalina negra hasta el fomento de la comunicación de la turmalina azul, cada variedad de turmalina tiene propiedades específicas que la hacen adecuada para diferentes necesidades emocionales, físicas y espirituales. Utilizada correctamente, la turmalina puede ser una herramienta poderosa para restaurar la armonía, la salud y el bienestar.
En general la Turmalina es una piedra considerada protectora, capaz de reducir las ondas electromagnéticas y las energías negativas.
Turmalina refuerza el sistema inmunitario, el equilibrio corporal y la regeneración.
Alivia el estrés, calma el dolor y elimina las toxinas del organismo.
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